lunes, 7 de mayo de 2012

EL MIEDO – ENFRENTANDO A LOS ENEMIGOS INTERNOS


Los miedos son realmente el trasfondo de muchas de nuestras emociones, muchas de ellas caretas o disfraces.  En realidad lo que es siempre visible es la ira y la bronca. Por lo general, detrás de esa ira o bronca lo que existe es una tristeza, la que en una forma sutil disimula lo que realmente nos pasa. Miedo. ¿Miedo a que? Cada uno tendrá su respuesta, cada uno tendrá que hacer ese pequeño ejercicio que acabo de mencionar para ver realmente a qué le tiene miedo y le está picoteando la cabeza. Recién a partir de ahí, de haber identificado  la verdadera razón de otras emociones que nos afectan sensiblemente, tanto a nosotros como a los que nos rodean, que podremos hacer algo por nosotros y con el tema que nos perturba.

Fue sobre la base de lo anterior que leyendo el artículo de Jim Rohn, “Facing the enemies within” me pareció que al compartirlo podría darnos algunas pautas de buen uso, al menos para aquellos en que los miedos nos mantienen bloqueados. La traducción es libre pero respetando su contenido.

Nadie escapa a los miedos incluso los más exitosos en sus actividades, la diferencia es que unos los viven como un paso y otros quedan viviendo en ellos y de esa forma arruinando sus vidas.

Paso entonces a compartir el articulo de Jim Rohn.

 “No nacemos con coraje, pero tampoco lo hacemos con miedo. Probablemente algunos de nuestros miedos son el resultado de nuestras propias experiencias, por lo que alguien nos haya dicho, por lo que leemos en los diarios. Algunos miedos son válidos, como ser el cuidado de no caminar solo en una parte peligrosa de la ciudad a las dos de la madrugada. Pero una vez que uno aprende a evitar esas situaciones no necesitarás vivir con miedo frente ese tipo de circunstancias.

Los miedos, incluso los más básicos, pueden destrozar totalmente nuestras sanas ambiciones. El miedo puede destrozar fortunas. El miedo puede destrozar relaciones. El miedo, si queda sin ser atendido, puede destrozar nuestras vidas. El miedo es sólo uno de los muchos enemigos que vive merodeando en nuestro interior.

Déjame comentarte sobre otros cinco enemigos que solemos enfrentar internamente.

 El primer enemigo que tienes que destrozar antes de que te destroce a ti es la indiferencia. Que trágica enfermedad esta es. “Hagamos algo para dejarla pasar, que se vaya apartando y así deshacerte de este tipo de  desesperanza, este tipo de aburrimiento, esta falta de espontaneidad”. No podemos dejarnos flotar a la deriva. Hay un problema con dejar que las cosas queden a la deriva. La dispersión: no puedes cargar con esta en tu camino hacia la cima de la montaña.

El segundo enemigo que enfrentamos es la indecisión: La indecisión es el “ladrón” de la oportunidad y de la iniciativa emprendedora.  De permanecer te mantendrá alejado  de tus chances de un futuro mejor. Toma la  espada contra este enemigo.

El tercer enemigo interno es la duda. Claro, hay suficiente espacio para un saludable escepticismo. No puedo creer en todo. Pero tampoco puedes permitir que la duda se posesione de ti. Mucha gente duda del pasado, duda del futuro, duda de los otros, duda del gobierno, duda de las posibilidades y duda de las oportunidades. Peor aún, dudan de ellos mismos. Te estoy diciendo, la duda destrozara tu vida y tus chances de lograr objetivos. Vaciará ambos, tu  cuenta corriente y tu corazón. La duda es un enemigo. Ve por ella. Desaste de ella.

El cuarto enemigo dentro nuestro es la preocupación. Todos tenemos algo porque preocuparnos. Sólo haz que esto no te conquiste. En cambio, deja que te alarme. La preocupación puede ser útil. Si te metes de contramano en una calle por la que vienen autos, es una buena razón para estar preocupado y rápido hacer algo para remediarlo. Pero no puedes permitirte   que   la preocupación te deje como un perro perdido  y “guardarte” en un pequeño  rincón. Esto es lo que tienes que hacer con tus preocupaciones:  dirígelas hacia un pequeño rincón. Cualquier cosa que esté ahí afuera que quieras lograr, la tienes que ir a buscar. Cualquier cosa que te esté reteniendo, tú la tienes que liberar.

El quinto enemigo interior es el exceso de cautela. Se trata de la aproximación tímida a la vida. El manejarse tímidamente no es una virtud. Es una enfermedad. Y si la dejas que avance te dominará. Las personas tímidas no son promovidas. No avanzan, crecen ni se convierten en  lo que pueden valer en el mercado. Tienes que eliminar el exceso de prudencia.

Da batalla a estos enemigos. Da batalla a tus miedos. Construye y trabaja en tu coraje para superar aquello que te está reteniendo, aquello que te está manteniendo alejado de tus objetivos y sueños. Se corajudo en tu vida y en  la búsqueda de las cosas  que tu quieres y en la persona en la que te quieras convertir.”

2 comentarios:

rudipw dijo...

Henry, ese enemigo interno tiene la tremenda capacidad de inmovilizarte y por ello te termina anulando. Alguna vez escribí algo para cuando mi hija paso de primaria a secundaria como charla para el grado. Es en definitiva el antídoto para este enemigo interno definido en una palabra que es Arriesgarse. Por supuesto tomando siempre los recaudos y tratando de minimizar el riesgo para controlar lo mas que podemos todas las variables. te lo copio a continuación:

ARRIESGARSE

Reír es arriesgarse a parecer tonto...
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental...
Acercarse a alguien es arriesgarse a comprometerse...
Exponer los sentimientos es arriesgarse a exponerse uno mismo...
Expresar tus verdaderas ideas, tus sueños, ante una multitud,
es arriesgarse a perderlos...
Hacerse cargo, es arriesgarse a ser criticado...
Amar es arriesgarse a no ser correspondido...
Crecer es arriesgarse a vivir...
Vivir es arriesgarse a morir...
Tener esperanza es arriesgarse a desesperar...
Intentar es arriesgarse a fracasar...
Cambiar es arriesgarse a equivocarse...
Luchar por un ideal es arriesgarse a no lograrlo...
Confiar es arriesgarse a ser defraudado...

Pero vale la pena!! Uno debe arriesgarse.

Porque el riesgo más grande en la vida es no arriesgarse: La gente que no se arriesga, no se involucra, no trasciende, no es nada.

Puede evitarse el sufrimiento, el dolor, la frustración …
Pero no puede aprender, sentir, crecer, comprometerse, hacerse cargo, luchar por un ideal, confiar, cambiar, amar, morir...Ser...

Encadenados por sus actitudes, son esclavos.
Han perdido su libertad.

Sólo el que arriesga es libre.

Saludos,
Rudi

claudia dijo...

Henry me parecio muy interesante. Besos. Alli te mande un libro.
Clauida